La violencia de género no ha dado una tregua ni en las primeras semanas del año. Por el contrario, debemos lamentar seis mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas.
Las mujeres asesinadas contaban con edades que iban desde los 33 años, la más joven a 80 años, la mayor. Y las víctimas vivían en las Comunidades Autónomas de Cataluña, Extremadura y Andalucía.
No podemos bajar la guardia, no podemos relajar ni un recurso ni una medida de protección. No nos podemos permitir ser cómplices de esta tragedia, callando y mirando para otro lado. No es un problema familiar es un delito, que afecta a madres, hermanas e hijas…más esos niños y niñas que han de padecer, en sus casas, el drama de la violencia. Ellos y ellas, con seguridad, no lo han elegido.